La suegra voladora
Para el año 2.000, los sellos discográficos grandes se fijaron en la champeta. La bandera de este apogeo del que gozó el género en esa época sin duda la llevó Jhon Jairo Sayas, más conocido como El Sayayín. Con su canción La suegra voladora, sonó y tronó dentro y fuera de Cartagena y logró que la champeta se posicionara en los primeros lugares de las emisoras de Bogotá y el resto del país. El Saya, como le decían sus amigos, le imprimió un aire juvenil a la champeta, con canciones que invitaban al “propio espeluque”. Lamentablemente Jhon Jairo Sayas falleció en el año 2012.
Braulio el templao
Si de champetas con contenido social se trata, una de las mejores en letra y música es sin duda Braulio el templao, autoría de Edwin Antequera Mercado, mejor conocido como Mr. Black. Si bien hoy en día Mr. Black ha incursionando musicalmente en otras fusiones y temáticas dentro de la champeta, a mediados de la década pasada se consagró como uno de los intérpretes originales más importantes. Con canciones como Braulio o los Trapitos al agua, Mr. Black hizo gala de sus grandes dotes como compositor a la hora de retratar las vivencias propias de los barrios más populares de Cartagena.
El chocho
Si bien Charles King es ampliamente conocido en Cartagena por sus champetas de contenido social, como El bicarbonato o El abogado corrupto, sin duda la canción que lo puso en el mapa de la música nacional fue El Chocho. Un tema en tono jocoso que prende la fiesta, aprovechando el doble sentido, uno de los elementos que explora la champeta en sus temáticas. Charles King es considerado uno de los pioneros y guardianes de la champeta original, lo que le ha llevado a presentarse en algunos de los eventos culturales más importantes del país, como el Festival de Teatro de Bogotá o Hay Festival.
La vuelta
Interpretada por Viviano Torres, reconocido como la columna vertebral de la champeta, al ser el líder de Anne Swing, la primera agrupación que dio a conocer el género. En el año 2005, una época en la que la champeta andaba comercialmente de capa caída, Viviano Torres se toma las emisoras de Cartagena, Barranquilla y otras ciudades del país con su canción La vuelta. Un gran logro, si se tiene en cuenta que para ese momento la champeta tenía la dura tarea de competir con el género que dominaba las emisoras de música bailable por ese entonces: el reggaetón. La vuelta es recordada como el cierre de “Palenque: del ritual del Lumbalú a la euforia de la Champeta”, uno de los montajes que mejor han honrado la herencia africana en la cultura musical de Cartagena y Colombia. Este concierto fue presentado en Europa y sirvió de cierre para versiones de el FICCI y el Hay Festival.
